Un hombre entra en un bar, va a la barra y deja allí un revólver sucio y usado.

- Buenas tardes, - Saluda el barman, con una sonrisa. - ¿qué será? - Baja la mirada, y ve el revólver sobre la barra. Allí, como si fuera una colilla más. Ya no sonríe. - ¿Es policia?
- Una botella de whisky, un paquete de tabaco y ninguna pregunta más. 

El camarero no se atreve a insistir sobre si es policia, tendrá que creer que sí lo es. Coge una botella de Jack Daniels, un vaso sucio, le echa agua y se lo lleva. Luego, un paquete de tabaco. "Serán 15 dólares señor", le dice. El hombre paga, sin mirarle a los ojos. El camarero se aleja y empieza a secar vasos con un trapo que debería estar más blanco. Se enciende un cigarro. Oye el primer golpe del vaso contra la barra y se sorprende que no se haya hecho pedazos. Luego otro golpe, y otro, y otro. ¿Cuánto bebe ese hombre?

- Un mechero. - Dice el cliente, con una voz áspera que transmite dolor y un pasado que pocos podrían soportar.

El camarero saca uno del bolsillo, lo enciende y se lo acerca. "¿Cómo te llamas?" pregunta el hombre. "Mike", responde.

- No te preocupes, no usaré el revólver en tu bar. Pareces un buen hombre Mike. ¿Tienes familia? Claro, claro que la tienes, eres un buen hombre... Yo no soy un buen hombre Mike. Sí que soy policia. - Dio un largo sorbo a su vaso de whisky, y lo volvió a llenar. - He matado, Mike. - Una calada tan larga como una vida, y otro vaso más. ¿Cuántos lleva ya? Luego, coge la pistola, y por primera vez desde que llegó al bar, levanta la mirada. Esos ojos duelen. - Hace años que no lloro Mike. ¿Debería sentirme orgulloso? ¿Ves este revólver? Esta misma mañana, al levantarme, oliendo aún a alcohol y sábanas, me lo he puesto en la sien. He cerrado los ojos y he pensado ¿Por qué no debería hacerlo? Y la verdad... no he encontrado ninguna razón. Esta mañana he apretado el gatillo, pero no la tenía cargada. Ya no me quedan balas, siempre está descargada.
- Entonces... ¿para qué quiere una pistola descargada?
- Te he dicho que no más preguntas Mike. - Vuelve a bajar la mirada, y da otra calada larga mirando la barra. Y otro vaso más. - Pero lo has hecho, eres valiente Mike. O necio. ¿Por qué quiero una pistola descargada? Bueno, supongo que es lo único que separa mis sesos de la pared... Mike, ¿de verdad te has creído eso de que soy policía?

Mike cogió la escopeta de debajo de la barra y apuntó al hombre en la frente. Estaba sudando y nervioso. No hay nadie más en el bar.

- Sal de aquí ahora mismo o te reviento la cabeza, cabrón.

El hombre, tranquilo, se lleva el cigarro a la boca y lo termina. Luego coje otro del paquete. Levanta las cejas, indicando a Mike que necesita que alguien se lo encienda. El camarero aguanta la escopeta con una mano, y con la otra saca el mechero y le enciende el cigarro.

- Ahora, vete.
- ¿Por qué apuntas con una escopeta a un hombre cuya única razón por la que vive es que esta mañana tenía la pistola descargada? Lo que estás haciendo... no cambiará nada.
- Lo que tú digas, vete.

El hombre volvió a llenarse el vaso, y volvió a beberlo de un trago. Se levantó lentamente, con un cigarro entre los dientes y cogió el revólver. Empezó a andar hacia la puerta, y cuando estaba frente a ella, se paró y se dio la vuelta.

- No me has preguntado por qué intenté suicidarme esta mañana.
- Supongo que estarías harto de algo. Largo - El camarero cargó la escopeta. Pero al hombre pareció no importarle.
- Cuando acabé el instituto, hace ya muchos años... fui a la academia de policía. Me licencié el primero de la clase, y el mejor tirador. Era tan bueno, que nunca me pusieron a controlar el tráfico. Me dijeron que aquí los policías pasaban el primer año controlando el tráfico. Todos. Yo nunca lo hice. Los primeros seis meses estuve patrullando, haciendo detenciones y preparándome para un ascenso. ¡A los seis meses! A los siete meses, nos llamaron por un atraco en una tienda. Fui con dos compañeros, había dos atracadores y un rehén. Una mujer, embarazada. Vi a los atracadores claramente, como una diana a dos metros. No sé por qué, tenía tanta confianza... que disparé. Maté a uno, mi primera víctima. No me sentí mal por él. Al segundo le di en la pierna, y cuando le disparé por segunda vez fallé y herí a la mujer. Yo nunca fallaba. El hombre acabó en la prisión, y la mujer murió. - El camarero bajó la escopeta, sentía que ese hombre no le dispararía. - Dos semanas después dejé el cuerpo. Me fui a casa y me encerré allí solo. Empecé a fumar y beber, demasiado. Me compré un revólver y me lo puse en la sien. Pero no me atreví a apretar el gatillo. Ya han pasado muchos años de ese día... y lo único que ha cambiado es que esta mañana sí me atreví a apretarlo. Pero sigo vivo. Llevo un mes yendo al psicólogo. Escribió "Tendencias suicidas" en su libreta, con letras mayúsculas. Eso ya lo sabía... me había intentado suicidar antes. ¿Sabes que me ha recomendado?
- El... ¿el qué? - Mike ya se sentía seguro.
- Encontrar algo que me guste. Para distraerme. Lo encontré una tontería. Pero a primera hora de la tardé salí de casa con 100 dólares. Quería ir a una tienda de música a comprarme una guitarra. En el instituto, mi mejor amigo era músico. Me encantaba verle tocar. Pensé, ¿podría hacerlo yo? De camino a la tienda, me paré en tu bar. Y al sentarme en la barra, me di cuenta que no podía hacerlo. Sinceramente Mike, esperaba que me volaras la cabeza cuando vieses el revólver en tu barra.

Mike se quedó callado, ese hombre esperaba suicidarse a través de él. Dejó la escopeta debajo la barra y se llenó un vaso de whisky. Lo bebió de un trago. Por alguna razón, de nuevo, lo creía. Creyó que el revólver estaba descargado, y que no lo usaría en su bar. Y ahora, pensó que toda esa historia era cierta. Fue a la caja registradora y cogió dinero.

- ¿Cómo te llamas? - Le preguntó Mike.
- Adam. - Contestó el hombre.
Mike le alargó 100 dólares. - Cómprate una buena guitarra y encuentra una razón para vivir.

Desde ese día, Adam siempre llevaba su revólver y su guitarra con él. Y cada mañana, al levantarse, decidía qué utilizaría ese día.

Por alguna razón, siempre elegía la guitarra.

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