Tal vez... amor pisado, meado y ligeramente violado.

Uno lee a Quevedo, Bécquer, Shakespeare o Petrarca y cree entender qué es el amor. 
Porque en esos tiempos que no había Whatsapp, ni Facebook, ni una lista en internet de excusas con las que escapar de alguien a quien quieres un poco menos de lo que crees, el amor si existía. O eso nos dicen y nos decimos, que cuando el amor se dibujaba en cartas, se olía en flores y se besaba en bombones, era amor. Porque vamos de entendidos y decimos que ha muerto, pero ha muerto ahora, porque antes no era igual y lo sé yo que aún no había nacido ni existido ni procreado ni amado. Porque antes no existían las infidelidades, ni la violencia doméstica, ni los abandonos ni los te follo y me olvido. Porque antes la gente chupaba después de dejarse chupar, como buena dama y buen caballero. Porque hace años, cantando serenatas bajo un balcón con un laúd y una buena borrachera, se amaba de verdad

Y ahora no.

¿En qué momento murió, si lo hizo, el amor? 
Si dividimos la humanidad en porciones, ¿cuántas porciones aman y cuántas no? 
Tal vez murió con Zuckerberg, 
o con las discotecas, 
o en época de Rosalía. 
Tal vez murió antes, tal vez murió con la gripe española. 
Tal vez lo mataron los dinosaurios. 
Tal vez el amor nunca existió

Seguramente no exista el amor después de tres cubatas, una mirada con la rubia y un empotramiento en el baño con un vómito entre los pies, seguido de un nada y un ya te llamaré que se perdió en el olvido y esa copa mal acabada. O tal vez ese sea el único amor real. 

Tal vez el amor romántico no es amor, sólo vicio y sexo. 
Sudor y semen. 
Sangre y lágrimas. 
Y el amor por los amigos, los padres y ese perro a quien rescataste en una noche lluviosa de Noviembre, sí es amor. 
¡Tal vez todos se equivocaron y cuando proclamas a su oído que la quieres después de chupártela se lo dices a su boca, que es la que trabaja! Tal vez un flechazo es un pollazo, ya que manda él. Tal vez cuando decimos que dicen amor cuando quieren decir sexo, no nos equivocamos tanto. Tal vez cuando todos aseguramos que ellos dos se aman porque llevan veinte años casados nos equivocamos, y los que se aman de verdad son los niñatos de quince años que se conocieron hace una semana y proclaman su amor a los cuatro vientos, o a las cuatro redes sociales. Tal vez el estado de en pareja de Facebook ya debería tener más legitimidad que una boda, un susurro al oído o comerte una bala por el otro. Tal vez un retweet vale cual poema, y un poema ya no es nada. Tal vez los únicos que no aman son los poetas, por regalar su amor al mundo entero atrapándolo en letras y versos y así haciéndole perder su poder. Tal vez la Jenny y el Kevin saben más de amor cuando bailan pegados al son de esa "música",  que el Señor y al Señora García, que llevan cuarenta y cinco años casados y cuando ella murió él la acompañó una semana después. Tal vez un amor de perros vale más que un señor enamorado.

¿Cómo podemos decir que amamos si nos tenemos que recordar a través de la televisión que violar está mal?
¿Cómo podemos decir que amamos si regalamos a las mujeres un teléfono para que llamen cuando el querido de su vida le regala un tercer moratón esa semana? 
¿Cómo podemos decir que amamos si afirmamos que sólo es amor entre Adán y Eva, y no entre Adán y Adán o entre Eva y Eva? 
¿Cómo podemos decir que amamos cuando un desliz con el moreno del gimnasio se arregla con un cariño no pasará otra vez?
 O ese error bajo el escritorio con la secretaria se zanja con un pero yo te quiero a ti... 

La quieres tanto que le das un poco de tu amor a la secretaria, en la boca, porque te sobra. 

No ama más el poeta, 
la regala-flores, 
el obsequia-bombones,
la de Venecia,
el de la puesta de sol,
la del desayuno en la cama, 
el que dura cincuenta años 
ni la que la sigue a la semana.
No ama más el que se lo recuerda cada noche, 
la que sonríe cada mañana, 
la que le regala un ejercicio de brazo en la ducha, 
el que soporta a los suegros por amor. 
No aman más lo que su canción es una canción, 
que los que tienen un tema de reggeaton. 
No amas más tú que los niños de diez años que se dan un pico entre risas y se cogen de la mano a escondidas. 
No ama más el que lucha, llora y sangra que la que ríe, bebe y paga. 
No ama más el marido que el putero. 
No ama más la novia que el florero. 
No ama más uno que otro. 
No ama más él que ella, ni ella más que él. 
Ama, quien lo demuestra. 

Hay que recordar qué significa, joder

Debemos recuperarlo, sanarlo y cuidarlo. Debemos de preocuparnos menos de demostrar que amamos, y amar a secas. Debemos entender que amor y sexo no son excluyentes, ni acompañantes necesarios. Que el amor tiene muchas caras y muchos colores, muchas formas y matices. Pero existe joder, ¡existe! 

Si no existiera... 
¿a qué vendrían esas noches entre lágrimas? 
Esos paseos nocturnos solitarios, 
esos soliloquios sobre papel, 
esas copas vacías. 
Esas salidas para perderte en las bragas o calzoncillos de otro. 
Esos polvos de reconciliación, 
o esos polvos por despecho. 
Esos viajes de placer,
ese placer tan agradecido.

El amor es lo que te hace levantarte cada mañana,
y lo que te ata a la cama.
Ese frío que te arde,
ese calor que te hiela.
El amor no existe,
el amor murió,
el hombre mató al amor.
Pero eso ya da igual. No hay que discutir cuándo murió, si antes valía más, quién ama más o si existe. No importa. Ya no importa. Si la miras, si le notas, y piensas 
                                                                                                           "Joder, mi vida por ti..." 

y luego, lo haces.

Hay amor. Existe.

El amor es lo posimposible.
Una mirada, 
que dura y no muere.
Un momento, 
que mata y remata. 
Lo que se resiste a morir,
lo que se niega a existir.
La contradicción,
la exageración,
y la superación.
El todo,
la nada.
El infinito,
y el más allá.
Lo que supera al tiempo,
al espacio,
a todo joder.

O tal vez me equivoco, y cuando queremos decir amor...

                                                                                                                              queremos decir sexo. 
Ni que yo fuese alguien listo, o enamorado... Joder. 


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