Perdido en el paraiso

Le dolían los pies, le dolían de una forma que nunca antes había llegado a sentir. No podría decir cuánto tiempo llevaba andando pues había decidido dejar de contar. Eso ya no era lo importante. El principio del viaje sólo pensaba en seguir el camino, lo importante era no desviarse. Llevaba ya 16 días perdido, no sabía dónde estaba pero sabía a dónde debía ir. Cogió el folio que llevaba y apuntó otra raya más, 17 van ya. Otro día dando vueltas.

¿Qué hacer cuando sabes a dónde quieres llegar pero de ninguna forma encuentras el camino? ¿Qué hacer cuando llevas demasiadas lunas vislumbrando lo mismo hasta con los ojos cerrados pero no consigues llegar a palparlo? Podría decirse que te has perdido, podría decirse que te desviaste de tu rumbo y ya no sabes ni a dónde vas. Pero tal vez necesites perderte, tal vez antes de llegar al lugar necesites tomar unos cuantos descansos y respirar. Tal vez no estés preparado aún para llegar ahí y lo que necesites es antes pasar por otros sitios. Pero por muchos sitios por los que pases, por muchos lugares que visites... no estás ahí.

Y nunca sabes cuándo volverás a marchar, eso es lo mágico. Un día simplemente te levantas y no puedes impedirlo, debes partir. Y tu cuerpo y tu alma se unen en uno sólo para que tus piernas anden, anden sin control. Y corres, y nadas y vuelas hacia tu destino. Nunca hay dos viajes iguales.

Puedes salir corriendo y llegar sin darte cuenta, disfrutas tanto con el viento golpeándote en la cara que ni te das cuenta que el tiempo pasa.
Puedes estar horas sin llegar a irte porqué sabes dónde quieres ir pero no sabes dónde está ese lugar, podría decirse que ni siquiera sabes cómo es.
Puedes partir sin demora y tomar demasiados descansos.
O tal vez llegues, para volver al principio y marchar de nuevo.

Pero cuando tu alma quiere partir, tu cuerpo no se atreve a llevarle la contraria. Ambos corren sin pararse hasta llegar. Y cuando llegas, no hay palabras para ello.

¿Y tú? ¿Decidiste también tomar ese viaje o crees que caminar no está hecho para ti? ¿Crees que no serías capaz de encontrar tu lugar? ¿Ignoras a tu alma cuando pide a gritos que marches?


"La pluma es más fuerte que la espada."

1 comentario:

Mist Wolke dijo...

Primero notas que te vas poco a poco yendo a la deriva, sin saber bien dónde vas a acabar.
Luego sientes que te vas a pique y, cuando te quieres dar cuenta, has naufragado. Supongo que el truco está en saberse poner de nuevo en camino y conseguir todos los objetivos que te has marcado. Mucha fuerza de voluntad y esfuerzo.