Agridulce, mejor.

Camarero: ¿Qué va a pedir usted?
A: Un GinTonic.
B: Pff, ¿tienes 50 años?
A: Dirigiéndose al camarero - Me lo pondrá de Ginebra Bulldog, muchas gracias. - Volviendo a su compañero. - ¿Que si tengo 50 años? Creo, que salta a la vista, que no. Me hacen muchos comentarios extraños, a mi parecer extraños, cuando digo que me gusta el GinTonic. Pero, ¿por qué no debería gustarme? Me encanta sujetar la copa de balón y acercarme el brebaje a la boca. Notando el burbujeo en mis labios mientras un sabor amargo pero a la vez sabroso cae por mi garganta. Es un sabor fuerte, para algunos. No fuerte como un Whiskey de esos duros, fuerte porque es amargo y podría decirse que pica. Y cuando lo acompañas con un limón es aún más fuerte, si se le puede llamar así. Y lo mejor son las Ginebras Premium, que las puedes acompañar con mariconadas como Pepino, Fresas, florecillas raras... 
B: Claro, así suena muy bien pero... sigue sin convencerme.
A: Es un sabor agridulce, está rico pero su sabor es... curioso. Y para mí un hombre al que no le gusta el GinTonic porque es demasiado "fuerte" es menos hombre que una mujer de las que a mí me gustan.
B: ¿Una mujer de las que a ti te gustan?
A: Una mujer con carácter. Las mujeres están muy bien, pero si además tiene carácter... a mí ya me ha conseguido. Te pondré un par de ejemplos. Estaba un día yo en la estación de tren con una chica, le dije que tenía algo en el pelo. Ella lo buscó, lo cogió y lo tiró pro ahí. Después cogió con la mano su mata de pelo negra como el carbón y la echó a un lado de la cabeza. Le quedó un peinado que no se puede llamar peinado. Parecía descuidado, parecía que se acababa de despertar. El pelo caía sobre un lado de la cabeza de forma antinatural, todo muy raro. Pero parece que ella pensaba "Me da igual, sigo estando buena". Y eso es lo mejor, que ese peinado tan despeinado le quedaba genial. Ella lo sabía, yo lo sabía, y la gente que pasaba por la estación también lo sabía.
B: ¿Y qué pasó luego?
A: Oh dios mío, ¿y qué importa eso? Te pondré otro ejemplo. Hablaba con una chica por Internet. No con esta del despeinado, con otra. Teníamos una discusión tonta, ficticia, para reírnos un rato. Nos soltábamos palabras feas el uno al otro e intentábamos hacernos quedar mal. Yo le solté algo, una bordería, una vacilada. Algo grande. " Ven, agáchate, cómemelo a cuatro tiempos". Me soltó y se quedó tan tranquila, fue a lo "Paso de lo que me has soltado y además te diré algo que te va a gustar". Dijo lo que quería decir y se quedó tan ancha. Estas mujeres tienen carácter, las sueltan mejor que tú, que yo. Tienen actitud, saben cuando hablar y cuando callar. ¿No opinas que las mujeres con carácter son lo mejor?
B: Sí, pero te hacen sentir menos hombre. ¿No?
A. Tonterías. Coge tu orgullo y tíralo por la ventana. Un hombre que está con una mujer con un par de ovarios es un gran hombre. Un hombre deja de ser hombre cuando está con una que siempre suelta "Lo que tú quieras". Eso no es una mujer, y él no es un hombre. 

Para todo lo demás, Lisbeth Salander.

"Las cosas claras, y el chocolate espeso."

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