Te asusta?

A todo el mundo le asusta llorar. Se sienten débiles, indefensos. Sienten que contra más lágrimas dejen caer más gente les verá como una fácil presa. Tal vez.
Se entiende que a nadie le guste llorar. Moqueas, no hablas bien, se te cansan los ojos, te sientes cansado, mal. A mí tampoco me gusta llorar. No le suele gustar a nadie.

Pero nadie ha muerto por ello.

No se debe temer a dejar caer una lágrima. También se puede llorar de felicidad. Y en el fondo, eso es placentero. Llorar es una de las mejores formas de desahogarse, de sentirse bien, realizado. Ahora pensarás, ¡te contradices! ¿No era molesto?

Tal vez, es molesto el cómo te sientes llorando. Pero todo depende de la razón por la que lloras.

Llorar de rabia, indignación, tristeza, pérdida... sí, es incómodo.
Pero como he dicho, llorar de felicidad: No tiene nada de malo.

No tengas miedo a llorar. Viniste a éste mundo llorando. Cuando te vayas de él, mucha gente llorará por ello. Con el tiempo creces, maduras, te vuelves fuerte, te cuesta más llorar. Pero no te engañes, todo el mundo llora. Los hombres no lloran, dicen. TODO EL MUNDO LLORA.

Llorar es humano, al igual que el equivocarse. Pero no nos engañemos. Llorar no es un error, es una revelación de tu interior al exterior. La mejor forma de dejarte ver, sobretodo a la gente que te quiere.

Así que, si vale la pena llorar, no tengáis miedo. Seguramente, habrá alguien que os secará las lágrimas al final. Pues, si después de la oscuridad viene la luz. Seguro que después de unas lágrimas viene una sonrisa.

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