Personas

Es curioso esto de las personas. Te cruzas con miles y miles cada día. A algunas ni las ves, aunque pasen por delante de tus narices. Otras las miras y te fijas, pero es como si no las vieras, sólo notas su presencia. Otras personas al cruzarte hacen que gires tu cabeza para observar como se alejan lentamente, esas son las que hacen que pienses en ellas unos segundos. Luego están las especiales, esas con las que te cruzas y no sabes el por qué, lo importante es que piensas en ellas.

Puedes conocer a alguien durante años y nunca interesarte. Puedes pensar que es una bellísima persona, que es atractiva, que es divertida e inteligente, incluso que cualquiera sería muy afortunado de pasar una noche con esa persona. Pero nunca llega a más, es un interés de amistad, sólo piensas: Tengo un buen amigo, o amiga, o lo que sea. 
Puedes no conocer a alguien. No me refiero a esos famosillos y famosillas de los que sabes toda su "vida" (la que te muestran) pero no los conocerás nunca. Me refiero a esa gente con la que te cruzas, y no sabes su nombre, no sabes sus gustos musicales, no sabes cuál es su comida favorita, no sabes si es zurda o diestra (porque la gente no se fija en esas cosas), no sabes si le gusta el arte, no sabes qué quiere hacer con su vida... No sabes nada, absolutamente nada de esa persona. Pero te interesa, y mucho. Es incluso aterrorizante el tiempo que puede perder una persona pensando en un desconocido. ¿Para qué malgastar tiempo de pensamiento en alguien que podría ser mala persona? Pero todos caemos en ello una vez u otra. Todos nos cruzamos algún día con alguien, que sin significar nada en nuestra vida ocupa una parte en nuestra cabeza, quien repite sólo 2 simples palabras: Quiero conocerte.

Y no sabes el por qué. Eso es lo que da más miedo. Al no saber nada de esa persona no sabes qué es lo que te ha llamado la atención. Pero sabes que te llama la atención, tienes la sensación que esa persona vale la pena y que debe entrar en tu vida. Tal vez para salir en unas horas, tal vez para durar unos años, tal vez para toda la vida, tal vez para ser alguien especial. Es un salto al vacío esperando caer bien.

Pues bien, yo voy a saltar. No sé qué tiene, no sé nada de ella, pero me encanta. Y soy demasiado joven para ser cobarde. Sólo se permiten actos de cobardía si son para guardar nuestra salud mental. Pero nunca se debe ser cobarde si esto conlleva a cerrarle las puertas a alguien a nuestra vida, eso es intolerable.

Así que ya sabes chica del tren, no me quites estas esperanzas de felicidad.

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