Adiós

Siempre me he considerado romántico. No lo digo por escribir textos bonitos o pegajosidades, que en realidad las odio... lo digo por mi forma de ser, actuar y pensar. Era de los antiguos. Prefería que el destino me presentase a quién debía presentarme, y no ir yo a buscarla. Prefería tardar el tiempo que hiciera falta en conocerla, para que todo fuese perfecto. Quería que cada momento tuviera su toque mágico y... bla bla bla... ahora creo que son chorradas, en serio.

¿A qué se debe este cambio? Un corazón roto y dolor de cabeza, vaya combinación. No sé si lo hago porque quiero hacerlo en realidad... no sé porque me lo cuestiono pero lo hago, me lo estoy cuestionando seriamente. ¿Y la culpa de quién? No lo sé. Tal vez no es de nadie, o tal vez de todos. Tal vez tuya, mía, de él, o del destino. Citaré una frase que me dijo un amigo cuando necesitaba un amigo:

Destino, por qué me le presentas si no era para mí?

Bueno... no quiero decir que me arrepiento de haberla conocido... he aprendido mucho. Pero creo que voy a cambiar, tal vez sólo por probar. Paso de ser romántico. Paso de ir poco a poco cuando alguien me gusta por si pudiera surgir algo serio. Paso, de todo. No quiero pensar en nadie. No quiero tener a nadie. Supongo que es miedo de volver a sufrir... y voy a resumirlo todo, con una frase con la que aunque nunca he estado de acuerdo siempre me ha gustado, no sé si ahora estoy de acuerdo:

Ellos dicen amor, cuando en realidad quieren decir sexo.

No hay comentarios: