No es tan difícil coger una hoja al viento

Imagina que estás en ese lugar dónde hace tanto tiempo que quieres ir. Ese lugar tan bello, tan hermoso, imagina que por fin consigues estar allí. Pero sólo te dan 10 segundos. Verdad que los aprovecharías? Son sólo 10 segundos, pero harías lo posible por plasmarlos dónde y cómo sea posible. Hacer fotos, describirlo en un papel, llevarte una hoja, un grano de arena, tal vez una gota de agua de aquel lugar.

Si quieres ir a un lugar y tienes la oportunidad de hacerlo, vas.
Si tienes sed y tienes la posibilidad de beber, bebes.
Si tienes hambre y tienes la posibilidad de comer, comes.
Si quieres algo y tienes la posibilidad de hacerlo, lo haces.

Entonces, ¿Porque siempre dejamos pasar tan buenos momentos?
¿Porque cuesta tanto?... Decir un te quiero, dar un abrazo cuando alguien lo necesita, ir al lado de alguien cuando se siente solo. Son acciones simples y cortas, pero siempre con grandes consecuencias. Puede que sepas que alguien se merece una ostia, pero dársela puede traerte problemas. Puede que sepas que debes estar con alguien, pero estarlo puede salir mal. Puede que sepas que debes ir a un lugar, pero pisarlo puede ser un error.
¿Y si no lo es?
Miedo. Siempre es el miedo. Dejamos pasar esos pequeños grandes momentos por lo que podría venir después. No comerte un dulce por poder engordar. No beber para no emborracharse. No caminar para no volver. No dar un te quiero para no recibir ese no. No estar con alguien por si algún día acaba. Nunca esperes que todo irá bien, eso es prácticamente imposible. Siempre ocurren cosas inesperadas y no muy queridas, pero ocurren.
No vale la pena ignorar un buen momento por lo que podría venir después.

¿No vivirías la vida para no morir nunca?

1 comentario:

Mist Wolke dijo...

Toda la razón del mundo, una pena que el miedo a veces nos paralice tanto que no podamos ni arriesgar por ser felices :|